lunes, 13 de octubre de 2008

Evo dio inicio a la marcha por la nueva Constitución 13-10- 2008


Evo dio inicio a la marcha por la nueva Constitución


El presidente de Bolivia, Evo Morales, inauguró este lunes una marcha de sindicatos campesinos y obreros hasta La Paz desde una comarca andina 200 km al sur, para presionar al Congreso para que apruebe una ley de convocatoria a referendo por la nueva Constitución.

"Esta será una marcha pacífica, histórica y por la unidad nacional", afirmó el gobernante, ante miles de indígenas, campesinos, obreros y trabajadores fabriles que se concentraron en el poblado de Caracollo, para efectuar una caminata de 200 km.
El jefe de Estado, durante la concentración pública, dijo que la caminata, que durará de cinco a siete días, es para "persuadir" a los grupos opositores de que no bloqueen el llamado a consulta por la nueva Carta Magna.
El Congreso bicameral debe aprobar la nueva ley fundamental, aunque el oficialismo sólo controla la Cámara de Diputados, mientras que el Senado está en manos de partidos de derecha y centroderecha que rechazan la norma por ser excesivamente estatista e indígena.
"No es una marcha de dolor, sino de orgullo, por nuestra patria y por la igualdad, no es una marcha de tristeza, sino de alegría", afirmó el presidente en su discurso, en el que fue vitoreado por miles de sus adherentes.
El líder del poderoso sindicato de colonizadores e influyente dirigente del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), Fidel Surco, dijo que en la marcha "vamos a participar como mínimo unas 10.000 personas" para que el "Congreso le diga sí a la nueva Constitución".
El oficialismo espera que el Parlamento apruebe este mes el llamado a referendo, que debería realizarse en febrero de 2009, para que cinco meses más tarde tengan lugar las elecciones generales anticipadas, que renueven los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Mientras tanto, una comisión pluripartidista del oficialismo y la oposición discute desde la semana pasada cómo viabilizar la nueva ley fundamental y, a la vez, ensamblar en esta norma los gobiernos autónomos departamentales de cuño liberal.


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Día de la Hispanidad: sin incidentes se desarrolló marcha mapuche contra "opresión" del Estado

Domingo 12 de octubre de 2008 15:35

/ UPI

Día de la Hispanidad: sin incidentes se desarrolló marcha mapuche contra "opresión" del Estado
Con llamados a ser tomados en cuenta y expresando su descontento por "medio siglo de represión" la marcha de 300 personas desde la Plaza Italia hasta el Cerro Huelén se desarrolló en completa calma.


Bajo el lema de "Bicentenario de la opresión", unas 300 personas de origen mapuche marcharon pacíficamente este domingo desde Plaza Italia hasta el cerro Huelén (Santa Lucía), en protesta contra el Estado chileno.
Al menos cinco comunidades mapuche se hicieron presentes en la movilización, entre ellas la Comunidad Autónoma de Temucuicui, de Lleu Lleu y Lafkenche cercana a la planta de celulosa Celco de Valdivia.
"Expresamos nuestro descontento, nuestro repudio porque se cumplen 516 años de opresión, de masacre en nuestro pueblo, de despojo de nuestro territorio, de usurpación y de racismo en contra de nuestra gente", explicó Jorge Huenchullán, werkén de la Comunidad de Temucuicui.
A juicio de Huenchullán, este 12 de octubre -Día de la Raza- se cumplen "516 años de la negación política que hay con nuestra gente, el despojo de nuestro territorio".
Las comunidades mapuche también piden la liberación de presos mapuche como Jaime Huenchullán, quien permanece gravemente herido en el Hospital de Temuco, y fue detenido en 2007 y formalizado por amenazas, daños a la propiedad privada, atentado en contra de la autoridad, desórdenes públicos e incendio de un predio.
En tanto, Luis Meñaco, werkén de las comunidades de Lleu Lleu, denunció que se están cometiendo "delitos graves contra los mapuche" en su localidad y que el Gobierno y el Estado chileno le dan mucha protección a las empresas forestales.
"Quiero denunciar la militarización de la zona de Lleu Lleu, en estos momentos hemos estado siendo objeto de perseguimiento hacia los dirigentes mapuche, tenemos un lonko preso en la cárcel de Angol. Hoy día la policía cumple una función de guardias forestales", afirmó Meñaco.
Por su parte, la vocera de la marcha, Patricia Lienlaf, sostuvo que en este día no hay "nada que festejar", y aludió además a la cercana celebración del bicentenario del comienzo de un Chile independiente.
"No tenemos nada que festejar, para nosotros han sido 200 años de saqueo, de destrucción de despojo y de humillación hacia nuestro pueblo, de crueldad y de violencia sistemática hacia nuestras comunidades", dijo Lienlaf.
La marcha estuvo custodiada por efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros, culminó en completa normalidad en un acto en el cerro Santa Lucía y estuvo acompañada además de grupos de skinhead y movimientos anarquistas.

http://www.lnd.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20081012/pags/20081012153638.html

Chávez pidió a América Latina no homenajear a Colón (12-10-2008)

Domingo 12 de octubre de 2008 22:33

/ Agencias
Chávez pidió a América Latina no homenajear a Colón


El Presidente venezolano, Hugo Chávez, pidió hoy a los países latinoamericanos no rendirle "tributo" a Cristóbal Colón, a propósito de conmemorarse hoy el día en que él conquistador pisó este continente.
"Habría que invitar a los gobiernos de nuestro continente, del Caribe, de América Latina, a que revisemos la historia y no sigamos rindiendo culto, tributo y honores a quienes perpetraron el más grande genocidio que se recuerde", dijo el Mandatario.
Asimismo, aseguró que esta fecha, 12 de octubre de 1492, es el día de la Resistencia Indígena, ya que ese día comenzó el "genocidio de los pueblos indígenas".
"El 12 de octubre se inició el genocidio de los pueblos aborígenes. Todavía estamos esperando a que Europa reconozca que aquí hubo un genocidio", dijo, y agregó que con la llegada de Colón, más del 95% de los indígenas fueron "exterminados".
"Díganme si eso es colonización, civilización, culturización, evangelización. Hay que decirlo a los cuatro vientos: aquí hubo un genocidio, una masacre", aseveró.
Por último, Chávez pidió que no se destruyan las estatuas del almirante, aún cuando el "descubrimiento de América es una falsificación de una terrible historia".

http://www.lnd.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20081012/pags/20081012201033.html

Navarro se va con apoyo internacional (12-10-2008)

Domingo 12 de octubre de 2008

/ La Nación
Navarro se va con apoyo internacional
“Yo milito hace 28 años en el PS y quiero al partido. Esté o no de manera formal, con o sin ficha, seguiré siendo socialista por convicción”. ...


- ¿Cómo ha estado la familia?
- Bien, Presidente.
- ¿Cuándo visitará Caracas?
- Pronto.
- Sí, porque tenemos mucho que conversar.
Éste fue el escueto diálogo que se produjo entre el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el senador PS Alejandro Navarro en agosto a la salida de la catedral metropolitana de Asunción. El díscolo parlamentario era parte de la delegación oficial que acompañó a Michelle Bachelet a la ceremonia de cambio de mando en Paraguay. No fue la última vez que se vieron. En la última visita de Chávez a nuestro país -para la cumbre de jefes de Estado de Unasur-, también se encontraron. Esta vez fue más extenso. Estuvieron cerca de una hora y media compartiendo café y galletas. Discutieron sobre el diagnóstico del PS chileno. Aunque el senador desmiente haber tocado el tema de su candidatura presidencial, reconoce haber evaluado junto al Mandatario los liderazgos socialistas. No es de extrañar que Navarro afile los colmillos ante la posibilidad de contar con respaldo político para una eventual campaña presidencial. Después de todo, reconoce su ambición por llegar a La Moneda. Más ahora, que el Movimiento Amplio Socialista (MAS), en su arista de organización social, se inscribirá como partido. La primera medida del MAS será proclamar a Navarro como candidato presidencial.
Mientras, el Tribunal Constitucional absolvió al díscolo senador por una acusación presentada por diputados UDI y RN, debido a su participación en una movilización convocada por la CUT, el 29 de agosto de 2007. LND conversó con el senador sobre sus pretensiones presidenciales.
-¿Cuáles son sus aspiraciones?
-Mentiría si dijera que no quiero ser Presidente de Chile, me cargan los candidatos que dicen que no quieren ser candidatos y luego terminan siéndolo. Pero esa decisión no es individual, la debe hacer la ciudadanía ni siquiera los partidos políticos.
-¿Cómo es percibida una eventual candidatura suya en la mesa del PS?
-No se percibe ni como una amenaza ni como una ventaja, porque hay cierto desdén a la generación del 80. Más bien hay preocupación de quienes están calentitos en La Moneda y prefieren seguir allí. La Concertación se achanchó y el PS dejó de ser la izquierda.
-¿Cuál debiera ser la manera de elegir al candidato PS?
-Primarias abiertas ciudadanas. La convención nació muerta por la formación de un cuerpo electoral que instala una mayoría y que inhabilita su legitimidad. Es una convención, que si se hace, proclamará a Insulza.
-¿Ha conversado con Arrate?
-Largo y profundo. Hay total sintonía en el diagnóstico de la situación del PS; además de los aspectos de agotamiento de la Concertación y en la propuesta política de una alternativa más democrática y equitativa. Eso implica una opción presidencial y mecanismos democráticos para ver quién la conduce: Arrate, Navarro o el juez Guzmán. Pero en ningún caso el mecanismo será la convención PS y cada día menos en el marco de la Concertación.
-¿Qué opina de la candidatura de Insulza?
-Es un candidato muerto caminando. No tiene posibilidad si Lagos decide ser una opción presidencial, pues no tendría espacio y generaría una contradicción.
-¿Evalúa dejar su partido?
-Yo milito hace 28 años en el PS y quiero al partido. Esté o no de manera formal, con o sin ficha, seguiré siendo socialista por convicción.
-Evalúa renunciar entonces.
-Cada día se afianza más la convicción de que el PS no es la alternativa ni el instrumento de cambio que la sociedad chilena necesita.

http://www.lnd.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20081011/pags/20081011222252.html

Juana Azurduy, Julio A. Roca y el \"neorrevisionismo histórico\"

CONQUISTA POLÉMICA

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Juana Azurduy, Julio A. Roca y el \"neorrevisionismo histórico\"

La iniciativa de cambiar la imagen de los billetes de 100 pesos no es negativa por reconocer a la guerrera y heroína altoperuana sino por excluir a un hombre que, si bien hoy no sería calificado de demócrata ni fue un dechado de virtudes morales, representó un período significativo de nuestro desarrollo. El riesgo es pasar del maniqueísmo de las antiguas primarias a otro similar, con buenos y malos sin matices.

Una iniciativa relativa al cambio de la imagen de los billetes de 100 pesos ha tomado estado público hace un tiempo: se propone retirar la figura del ex presidente Julio A. Roca y reemplazarla por la de la guerrera y heroína altoperuana Juana Azurduy.

En rigor de verdad se trata de dos iniciativas: la incorporación de Azurduy por un lado y el retiro de Roca por otro.

Resulta útil analizarlas separadamente y reflexionar un poco acerca de su pertinencia histórica, simbólica y -si se quiere- política. Y del maniqueísmo con que a veces los argentinos nos tentamos a relatar nuestra historia.

"Tanta palabra por un billete de 100 pesitos, con lo poco que vale últimamente", podrían opinar más de uno. Y no deja de ser cierto. Sin embargo, los símbolos ayudan a construir los relatos que las naciones hacen de sí mismas.

Quien haya estado en Washington DC habrá notado que en esa ciudad no hay edificios altos. Ello, porque una norma determina que ninguno puede superar en altura al Capitolio, ya que "nada puede estar por encima de la ley". En definitiva: los símbolos nacionales hablan de cómo un país decide "contarse a sí mismo" el cuento de su propia historia. Y, en este caso, la iniciativa en cuestión buscaría entonces incluir a Juana Azurduy y excluir a Roca del relato nacional.

Por un lado está el tema de Juana Azurduy.

En realidad, a esta valiente luchadora y guerrera del Alto Perú le sobran méritos para el reconocimiento histórico, sobre todo porque no le fue dado en vida.

Esta mujer huérfana y mestiza, casada con el general revolucionario boliviano Manuel Ascencio Padilla, luchó junto a su marido -hacendado criollo de Chuquisaca- y se levantó en armas contra los realistas. Terminó su vida marginada y en el olvido sin haber logrado que el gobierno de la joven República de Bolivia le devolviera las propiedades y los bienes que los realistas le habían confiscado luego de la derrota en la batalla de Huaqui en 1811.

No es asunto de este artí#### discutir los méritos de la "teniente coronel" Azurduy para ser reivindicada por la historia. Pero sí resultan un excelente motivo para reflexionar sobre cierto maniqueísmo en la divulgación de nuestra historia, que se expresa de muchas formas: una de ellas es la reciente obsesión de algunos intelectuales y cientistas sociales por construirle a nuestro país un pasado "originario" del que -nos guste o no- carece.

No deja de llamar la atención el hecho de que para encontrar un contacto con el mundo aborigen haya que recurrir a la figura de una mujer mestiza que nació en Chuquisaca, se casó con un criollo y luchó bajo las órdenes de Belgrano.

En todo caso, gracias a la inflación, seguramente el Banco Central tomará en un tiempo la decisión de emitir billetes de mayor denominación. Y ésa podría ser una excelente oportunidad para "llenar de mujer" nuestra simbología y de darles lugar a mujeres de nuestra historia como Eva Perón, Alicia Moreau de Justo, Azucena Villaflor y -por qué no- Juana Azurduy.

Recordemos que la iniciativa va acompañada por una segunda parte: la "salida deshonrosa de escena" de Julio Argentino Roca. Y ello nos devuelve al punto de inicio: el maniqueísmo con que algunos divulgadores relatan la historia nacional.

Subyace en este relato la idea de que la historia argentina es protagonizada por "buenos" y "malos". Los "buenos" serían la expresión del pueblo resistente, en general derrotado pero a veces victorioso y vuelto a derrotar por las fuerzas del "mal", el poder oligárquico de los ricos y poderosos amigos de los imperios que se empecinan en destruir a la joven Argentina, popular y plebeya. Muy atractivo para difundir programas de tevé "históricos" ficcionados pero poco riguroso y profundamente inexacto.

Julio Argentino Roca no fue un hombre pleno de virtudes morales. Muchas veces no tuvo clara la distancia entre lo público y lo privado. Y tampoco era lo que -hoy- se definiría como un demócrata.

El punto es que no forma parte de la galería de personajes históricos relevantes por eso.

Cabe decir además que la democracia tal y como la conocemos hoy no existía en muchos países del mundo y menos, mucho menos, en América Latina. La Argentina era -sí- una República, una de las pocas naciones que podían jactarse de ello en el territorio americano.

El lugar de Roca en la historia no tiene que ver con sus virtudes personales sino con el hecho de haber sido un representante cabal de uno de los períodos más significativos de nuestro desarrollo nacional en el que se fundaron las bases para la construcción de nuestro Estado moderno.

No fue, sin dudas, el personaje más simpático del período, pero sí el estratega y motor de gran parte de aquel momento.

Las naciones no las hacen filántropos llenos de pura bondad (por suerte esa forma de relatar la historia, la que recibimos cuando niños, también ha sido superada) sino seres humanos imperfectos que, producto de sus acciones estratégicas, dejan su marca.

A Roca se le interpela con fuerza y dureza desde las posiciones que podríamos resumir como "neorrevisionistas" en general toda su vida política, pero especialmente su papel como ministro de guerra de Avellaneda en la campaña al desierto.

CRUELDAD Y GENOCIDIO

Más allá de las anécdotas de poca rigurosidad respecto de lo que ocurrió con la población mapuche derrotada, no caben dudas de que fue una campaña de extrema crudeza, con muchos muertos y costos importantes. Las naciones aborígenes eran para la República de principios del siglo pasado un enemigo a exterminar y así fueron tratadas.

Nadie debe sentirse orgulloso de eso y la reflexión sobre las formas que las naciones -todas las naciones- usaban para asegurar su soberanía hace 100 años es útil y constructiva. Pero denominar con simpleza "genocidio y exterminio" a lo que ocurrió en ese período denota una falta de rigor importante. Juzgar acciones de hace más de un siglo como si hubieran ocurrido ayer, cuando fueron realizadas con otro marco general de valores, no conduce a nada más que fortalecer un relato maniqueo y poco constructivo.

Para poner las cosas en su lugar Roca fue el producto más cabal de una época. Y de una dirigencia que en el marco de una ideología modernista, positivista y muy occidentalista decidió incorporar al Estado nacional -en el marco de una disputa con Chile en la que la Argentina resultó victoriosa- un territorio ocupado por naciones que desde los ojos de aquella época eran vistas -y se veían a sí mismas- como extranjeras enemigas.

Se abandonó con la conquista una estrategia defensiva (la de los fuertes de contención) que no dio resultados.

Cabe decir que la crueldad -innegable- abarcaba a todos los actores, incluso a la nación mapuche derrotada, que ocupaba un territorio que había conquistado previamente a los tehuelches, a quienes había derrotado, diezmado y asimilado, razón por la que la expresión "pueblos originarios" merecería en algún momento también ser sometida a interpelación.

De todas maneras no es intención de esta nota reivindicar lo hecho por Roca, quien por otra parte no resulta a quien esto escribe particularmente simpático. Lo que sí me parece crucial es preguntarse por qué nos sentimos a veces tan tentados a aceptar relatos novelados en los que los derrotados o "los de abajo" aparecen como buenos e inocentes por el solo hecho de estar abajo y los poderosos son intrínsecamente malos por la única circunstancia, precisamente, de haber sido poderosos.

Es la contracara maniquea del relato que nos dieron en la escuela primaria, integrado por hombres casi perfectos y angelicales que quisieron el bien sobre todas las cosas.

Es como si en ambos casos apareciera como necesario convencer a la sociedad de que las cosas dependen de la "bondad" o la "maldad" de los personajes.

La historia la hacen los seres humanos, imperfectos, egoístas. Pero también inteligentes, estratégicos y motivados por utopías que los mueven. Todo eso va junto. Simplificar en Roca a un "genocida" es una falta de respeto a nuestra historia y a nuestra inteligencia, como también lo es calificarlo de "prohombre".

Roca fue el gestor de la campaña al desierto, con todas sus glorias y miserias... encontremos un conductor militar que no las tenga. También fue dos veces presidente de una república modernista y poco democrática, pero bastante más que casi toda Latinoamérica, con instituciones políticas y económicas que la integraron al mundo como pocas veces. Fue quien fomentó la inmigración, aprobó -con Sarmiento como ministro de Educación- la ley 1420, modernizó la infraestructura nacional y organizó el andamiaje institucional del período conservador, que tenía a la Argentina como un actor respetable en el concierto de las naciones, como un lugar al que millones de personas -nuestros abuelos y bisabuelos- elegían para vivir, trabajar y prosperar.

Así de contradictoria es la historia: quienes anexaron territorio expulsando a sus habitantes le ofrecieron a media Europa venir a prosperar en estas tierras.

La denostación simplificada de Roca como "genocida" interpela en realidad todo un período. Y vuelve a aparecer la pregunta obligada: ¿por qué tenemos tantas dificultades para aceptar momentos de nuestra historia que gran parte del mundo ve con admiración y respeto? Se trata de un período muy fecundo cuyos importantes aspectos negativos deben ser entendidos desde una perspectiva superadora, no maniquea ni destructiva.

En los fundamentos del proyecto de ley, como para justificar el carácter genocida de Roca, se le adjudica a éste una frase: "Limpiar la Patagonia de aborígenes". Dicha hoy suena cruel y reprochable, pero no fue dicha hoy ni tampoco por Roca, sino por el Congreso de la Nación. Atención porque entonces, siguiendo esa lógica, durante 50 años la Argentina estuvo gobernada por genocidas como Sarmiento, Avellaneda, Pellegrini, el Congreso, la Corte Suprema y las universidades.

Preparémonos entonces para cambiar el nombre de cientos de calles, plazas y escuelas. Y también de ciudades, por cierto.



JULIÁN GADANO (*)

jgadano@terra.com.ar

(*) Sociólogo y analista político. Docente e investigador en la UBA

http://rionegro.com.ar/diario/debates/2008/10/12/15329.php

El día de ¿qué raza?


El día de ¿qué raza?

América ya había sido descubierta hacía 30.000 años por sus primeros pobladores y el "crisol de razas" no fue fruto de la integración sino de la escasez de mujeres blancas.


Hace casi un siglo que en la Argentina se celebra el Día de la Raza, una de las efemérides emblemáticas de la liturgia escolar. Fue instituido por el presidente Hipólito Yrigoyen en 1917, por decreto. Su fecha corresponde al avistamiento de una de las islas Bahamas por Rodrigo de Triana, vigía de la nave "La Pinta" de Cristóbal Colón, quien parece que le birló el premio instituido diciendo que él la había visto primero.
La fecha ha sido siempre interpretada como un inicio, pero qué es lo que comienza varía mucho según el opinante, yendo de la civilización de los indígenas y la salvación de sus almas a la ruina de su cultura y su esclavitud. A los que afirman que los castellanos trajeron nuevos animales y plantas, otros les contestan que se llevaron el oro y la plata viejos. A que trajeron la escritura se retruca que también la viruela. En el medio se ubican los progresistas que enfatizan que fue el comienzo de una nueva "raza", la iberoamericana o latinoamericana, innovación que merece un festejo anual.
El tema no parece haber sido debidamente discutido en el ámbito que más importa, el escolar (los turistas del fin de semana largo no se preocupan por estas minucias ideológicas), de modo que daré aquí un puntapié inicial.
El Día de la Raza no puede festejar el descubrimiento de América porque ésta fue descubierta hace unos 30.000 años por sus primeros pobladores, que vinieron a través de Alaska o tal vez desde la Polinesia. Tampoco corresponde al descubrimiento de América por los europeos, porque los vikingos dirigidos por Leif Eriksson (hijo de Erik "el Rojo") llegaron a Canadá en el siglo XI. En todo caso, es el día en que comenzó la conquista europea de América, cosa muy diferente.
El concepto de raza, de infame memoria por el genocidio nazi, es hoy rechazado por los científicos. Los estudios genéticos muestran que todos los seres humanos descendemos de un antepasado común africano. Las migraciones hacia los restantes continentes de pequeños grupos, que luego se multiplicaron, hicieron predo minar ciertos rasgos físicos, por azar o por mejor adaptación al ambiente. La piel negra, por ejemplo, abundante en melamina, intercepta los rayos ultravioletas que en las regiones de alta insolación dañan la dermis y producen cáncer de piel. Las diferencias genéticas entre grupos humanos diversos no son mayores que las que hay dentro de un mismo grupo, aunque una ínfima porción de ellas, como el color de la piel, el cabello y los ojos, resulte muy notoria. Los antropólogos usan en cambio el concepto de etnia, grupo humano que comparte una misma cultura, en particular un lenguaje.
A diferencia de los conquistadores bereberes de la península ibérica que permitieron a los cristianos practicar libremente su religión (bueno es recordarlo en tiempos en que se pinta a todos los musulmanes como sanguinarios fanáticos), los conquistadores castellanos impusieron la suya. También impusieron sus leyes, en particular una apropiación privada de la tierra y sus productos, que los indígenas no podían comprender.
En este marco no vale la pena discutir la verdad o falsedad de la "leyenda negra" que los reinos europeos competidores de España se ocuparon de difundir ya que, aunque hubiera sido con la mejor de las intenciones, la conquista y la colonización europeas destruyeron la base de sustentación de las culturas indígenas, sumiéndolas en la indigencia. La cultura europea que introdujeron, como puede leerse todavía hoy en cualquier tratado de economía o simplemente verse en la televisión, está más preocupada por la máxima generación de bienes supernumerarios que por la satisfacción de las necesidades esenciales de todos sus integrantes.
En la época de la colonización uno de los requisitos para venir a América era la "limpieza de sangre", no ser descendiente de judíos ni de moros (a pesar de que los monarcas ibéricos tenían antepasados árabes). Posteriormente, prejuicio que perduró hasta mediados del siglo XIX, el requisito de "limpieza de sangre" frecuentemente agregó en la práctica la prohibición de tener sangre indígena. El "crisol de razas" que tanto se menciona, el gran mestizaje inicial entre españoles e indígenas (que, justo es reconocerlo, no se produjo en las colonias británicas), no fue el fruto de la voluntad de integración sino de los instintos biológicos y de la escasez inicial de mujeres blancas. Aunque las leyes de Indias no lo prohibían, los españoles rara vez se casaban con mujeres indígenas, salvo que se tratara de princesas, y el concubinato era la práctica generalizada. La "raza" iberoamericana no fue el fruto de la tolerancia sino de la lujuria.
Reconozcamos, como contrapeso de la balanza, que -aunque se dieron genocidios de instigación privada, como el de los onas patagónicos- no hubo una política estatal de segregación étnica como el de las reservas indígenas estadounidenses.
Por varios siglos España se benefició de las riquezas que obtenía de sus colonias americanas, tan grandes que generaron una nueva y muy remunerativa actividad, la piratería que vivía de las migajas que arrebataban de éstas. España pagó, sin embargo, un alto precio por este "regalo del cielo". Como era más fácil vivir de la intermediación comercial con América que producir allí o en España los bienes de consumo y suntuarios, cuando se acabaron el oro y la plata los españoles se habían quedado sin industrias. Se convirtieron así, durante siglos, en el furgón de cola de una Europa tecnificada y pujante a la que hoy tratan frenéticamente de alcanzar.
Como claramente establecen los considerandos del decreto del 4 de octubre de 1917 por el que Yrigoyen instituyó el Día de la Raza, no lo hizo para ensalzar una inexistente "raza" iberoamericana sino en celebración de España y su "descubrimiento" de América. A mi juicio, el feriado debería ser eliminado por constituir un triple anacronismo: porque el concepto de raza ha sido desterrado de los diccionarios científicos, porque no hubo tal descubrimiento y porque ensalza una cultura por encima de muchas otras que pueden ser mejores o peores que la europea según el ángulo desde el cual se elija mirar.
CARLOS E. SOLIVÉREZ (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Doctor en Física y diplomado en Ciencias Sociales. csoliverez@gmail.com
http://rionegro.com.ar/diario/debates/2008/10/12/15331.php

Genocidio, genocidas y monumentos - Jorge Nahuel (13-10-008)

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13 October, 2008



Genocidio, genocidas y monumentos (Por Jorge Nahuel)

Fuente: Diario Rio Negro

Genocidio, genocidas y monumentos

No hay dudas de que Roca concretó un genocidio con el peor de los métodos. La discusión sobre el retiro de su estatua no pretende poner a otro en su lugar sino cuestionar el "monumentalismo" hueco que endiosa a "guerreros" y "héroes" para fijar aquello en lo que cuesta creer.

Siempre hay un pájaro posado en las grandes estatuas...". Armando Tejada Gómez
Desde el comienzo hay una sensación de que corresponde al Pueblo Originario Mapuce colocar a la sociedad en general ante la expectativa de pensar sobre si los genocidas deberían ser entronizados y exaltados o apartados de la sociedad, si como sociedad pretendemos sanarnos de los desvíos.
¿Por qué nos toca este rol a nosotros, al Pueblo Originario Mapuce? ¿Por qué asumimos el deber de tirar abajo un monumento? ¿Por qué como Pueblo Originario Mapuce colocamos a la sociedad en su conjunto ante la alternativa de revisar su propia manera de construir la historia? No es propia y nuestra en su totalidad. Nuestra historia y la de nuestros genocidas es la historia de la raíz fundamental del pueblo argentino. Por eso resulta esencial este debate sobre sacar el monumento y el nombre a la Plaza Roca y a su calle.
Promovemos un debate bienintencionado: pretendemos un nuevo comienzo para restablecer las bases poco firmes de una nueva sociedad en relación intercultural. Lo hacemos porque creemos que destruyendo un monumento, un ícono, un ídolo con bases barrosas, construimos otra mentalidad para relatar nuestra propia historia como Estado argentino, al que actualmente pertenecemos.
Vamos al origen o causa: ¿por qué se hacen estatuas y por qué se sostienen? Cada ciudad latinoamericana (y Neuquén no es la excepción) tiene su plaza, su casa de gobierno y su iglesia puestos en evidencia en un mismo espacio de poder; se llame municipio o gobernación, en cada lugar hay un "sitio". Los monumentos fijan ese espacio de poder. El poder, en el caso de las invasiones, fue establecido por los invasores para "marcar" el espacio con su aparente solidez.
La presunción de "fijación de poder" con el nombre temido de un invasor genocida forma parte de un sistema educativo que imprime en la conciencia social colectiva ese triunfalismo, esa aspiración a lo heroico fallido, a lo artificial, lleno de significados espurios impuestos, construidos con intenciones totalizadoras para adormecer el pensamiento.
A partir de este planteo mapuce, nos preguntamos: además de derrumbar las estatuas, ¿podemos derrumbar el espíritu triunfalista de un genocidio que no termina? No termina especialmente en los planos educativo, económico, discursivo y jurídico. Si derrumbar la estatua tiene como objetivo levantar otra o convertir en un jardín el mismo lugar, ¿qué modificamos en la realidad concreta, qué buscamos transformar para bien de todos y no sólo del Pueblo Originario Mapuce?
No sirve sólo reemplazar los nombres, porque si no van a surgir otros "grandes guerreros", generadores de otras grandes matanzas que llevan a repetir los textos de la versión oficial impuesta.
Nos sirve, sí, transformar las plazas en asambleas de debate sobre el modelo de sociedad que edificamos para las generaciones que vienen. Los mapuce lo estamos promoviendo sin descanso. Hoy nos aglutina el discutir sobre la entronización de monumentos de genocidas, para provocar su destronamiento pero, principalmente, para imaginar qué íconos, qué símbolos, qué parámetros éticos queremos dejar a una sociedad que se promueva como intercultural.
El Pueblo Originario Mapuce ve las costumbres wigka como muy extrañas. Pero que las veamos no es lo importante sino cómo las hacemos ver a los demás para que también las "extrañifiquen" y dejen de creer -precisa mente- en ellas.
Hoy no hay dudas de que Roca intentó y concretó un genocidio con el peor de los métodos.
Aplicó terrorismo de Estado para imponer un modelo de país al servicio de los sectores de poder económico que hasta hoy se benefician de la institucionalidad creada, generando la desigualdad social que se profundiza sistemáticamente.
Ahora el protagonismo decisorio lo tiene el Pueblo Originario Mapuce cuando dice "Es un genocida, no quiero sus monumentos, mató a mis abuelos, a mis educadores naturales, a mi pueblo; me impuso un modelo de sociedad basado en el racismo de una cultura que se cree superior a otra". Así que debo decirle al "otro": "¿Por qué le hicieron un monumento? Vos, que no sos mapuce, ¿por qué creés que lo hicieron?".
No se trata sólo de derrumbar el monumento sino de mostrar que cuando el poder arma esos monumentales monumentos es porque no cree en aquel a quien erige.
Si lo precisan grande, si lo precisan duro, si lo precisan mucho, es porque adentro está hueco y refleja el vacío general si aún lo mantenemos. El sistema inventa estatuas porque precisa endurecer sus incredulidades de modo que parezcan creencias. Endiosa a sus próceres, fabrica semihéroes, puebla sus plazas de monumentos y fija en cemento aquello en lo que le cuesta creer. Así impone "creencias". Pero están huecas.
El pueblo mapuce no construye héroes ni semidioses, vive y -obligado a hacerlo- se defiende. No es tan simple como cambiar una estatua por otra ni la imagen del billete por otra. Estamos proponiendo no crear imágenes ni inventar credulidades huecas.
Los monumentos tan monumentales impiden ver la luz detrás, porque son como paredones que ocultan el sol de la verdad, esa verdad que ocultan las llamadas "grandes civilizaciones" que construyeron monumentos considerados "patrimonio de la humanidad" producto de la esclavitud humana y la muerte física. Occidente premia con ese rótulo a sociedades indígenas que construyeron monumentos similares en nuestro continente o Wajmapu y nos habla de "las grandes civilizaciones de América" mientras considera subculturas a aquellas sociedades que crecieron construyendo un modelo de convivencia filosófica concreta, sin clases sociales, sin oprimidos, sin esclavos, profundizando sus cosmovisiones y su relación con el mundo natural, sintiéndose parte de esa naturaleza y no un elemento superior con facultades para dominarlo.
El "monumentalismo" es una cosa que la sociedad occidental impone a las sociedades australes (como es nuestro caso) para "sacar pecho". Si alguien está tranquilo, si no tiene dudas de su poder, no tiene necesidad de presumir con estatuas.
El viejo y actual dicho "Dime de qué presumes y te diré de qué careces" aquí implica "Decime cómo construís de grandes y huecos tus héroes artificiales y te voy a mostrar qué sociedad tan sin héroes te has hecho".
A lo mejor ser paloma sería una mejor opción, para poder ignorar esas estatuas. Ser un héroe convertido en estatua equivale a soportar las cagadas de todas las palomas. Ser paloma y volar y cagarse en quien se quiera es más poderoso que ser un héroe falso rígido de cemento. Todo depende de la perspectiva desde donde partimos para construir el futuro.

JORGE NAHUEL (*)

Especial para "Río Negro"

(*) Werken (vocero) de la Coordinación de Organizaciones Mapuche (COM)

http://rionegro.com.ar/diario/debates/2008/10/12/15330.php

http://www.mapuexpress.net/?act=publications&id=1650&PHPSESSID=5f33901aee31c29ee7090b4


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